• Si se educa a alguien desde pequeño a conseguir las cosas a partir de su propio esfuerzo, es improbable que intente hacer el “trepa” y aprovecharse de los demás.
• Si se educa a alguien en el valor de la “contribución social o solidaridad”, no despreciará a los demás.
• Si se fomenta que un niño o adolescente valore lo que tiene, no se quejará y tenderá a estar contento con lo que tiene.
• Si no se da a alguien todo lo que quiere, no tendrá la actitud de pedir sin dar nada a cambio.