Adriana. Era dulce, pequeña de una inmensa alegría y bondadosa con sus hermanas. Siempre dispuesta a ayudar a sus vecinos. Nos regalaba, pequeñas artesanías o arreglos con plantitas y flores, que ella hacía. Cursaba el 3er año en la Escuela Técnica Hickens. Esa noche, fue la primera vez, que iba a un recital. La llevaban sus hermanas más grandes, aún adolescentes. Se fue con su entusiasmo de niña y no regresó. Fue una de las víctimas del incendio de Cromañón. Ojalá, algún día tu familia y las otras tengan justicia!