No es bueno reír a medias,
llorar a medias, ni querer a medias.
No son buenas las medias verdades,
los medio amigos, ni los amores a ratos.
Hay que reír hasta que duela,
llorar hasta secarse y amar hasta el final.
Porque vivir sin pasión no tiene sentido,
porque vivir sin locura, es aburrido
y porque llegar a viejo, sin vivir de verdad,
es no haber vivido.