Va hacer un año que nos vimos en persona, y fue así porque yo te pedí un abrazo y hablamos porque yo te hablo. Y me di cuenta que haces lo que yo te obligo hacer. Y que no voy a volver a ponerte en situaciones que no quieres vivir. Yo te soy sincera, con mis errores también a cuestas, ya no sé qué más hacer para que tengas esas ganas que tenías al principio de hablarnos y cuando vernos no era una odisea. Quieres amistad y te abrí la puerta, por favor pon de tu parte también porque yo te ofrezco lo que soy que es lo único que tengo. Pero la amistad hay que cultivarla, hay que formarla con recuerdos juntas e intento darte a ver qué estoy y estaré. Nada más voy a decirte aquí porque esto se esfuma. Nunca te obligaré hacer nada que no te salga, ya no, porque lo pasas mal tú y yo por ponerte en esas situaciones.